"Las críticas no serán agradables, pero son necesarias". Winston Churchill.

jueves, 27 de febrero de 2014

Y tú, ¿de qué partido eres?

Hace unos días leía una noticia que, para mi sorpresa, no ha tenido demasiada repercusión. Resulta que el Partido Popular ofrecía a sus afiliados en las Islas Baleares descuentos en más de 300 comercios, mediante la llamada “Targeta PP Blava”, que recibirán cuando paguen la cuota anual. Mucho me temo que no se ha hablado del tema porque es un hecho bastante recurrente en nuestro país. Me refiero al intento de los partidos políticos (porque me consta que no sólo es el PP) de captar votantes.

Bajo mi entender, el fondo de la cuestión es de una gravedad alarmante. Lo que tienen que hacer los políticos es captar votos mediante su ideología y sus propuestas, y no ofreciendo descuentos en peluquerías, restaurantes o tiendas. Lo malo es que aún habrá gente que lo acepte. Y mi duda con esas personas es: cuando llegue la hora de votar, tendrán que hacerlo si o si a “su partido”, ¿no? Independientemente de su programa electoral, ¿no? Esto no puede ser. Y por desgracia, sí es. Y muy común además. Y es aquí donde quiero introducir la segunda parte de mi artículo.

Es más que habitual, en una charla informal sobre política, que se pregunte lo siguiente: “Oye y tú, ¿de qué partido eres?” Y lo malo es que ¡nadie se extraña de la pregunta! Se asume como la cosa más normal del mundo que uno sea del PSOE, de IU o del PP como el que es del Barça o del Madrid. Así, tal cual. Yo alucino. No sé lo que pasará en otros países, pero en España por desgracia esto es de lo más normal. Yo no digo que la gente no tenga una ideología, que sea más de derechas o izquierdas, pero no se puede ser de un partido porque sí, y votarlo sistemáticamente. Porque de esa forma, si llega a gobernar y lo hace mal, ¿qué vas a hacer? Lo tendrás que votar porque eres afiliado, votante o seguidor de ese partido… digo yo. O el caso extremo, si está en la oposición y no ves correctas sus críticas al Gobierno o las reformas que propone, ¿lo vas a votar igual? Mirando un poco al pasado, y dándole un toque de humor al asunto, no me quiero poner en la piel de “los del PP” en 2004. ¿De verdad pensaban que lo mejor era volver a votar a Aznar tras el desastre de los últimos años, sobre todo con lo de la Guerra de Irak? O en el 2011, ¿cómo se sentirían “los del PSOE” teniendo que votarlos otra vez después de ver la pasividad de Zapatero ante la crisis? Sé que estas afirmaciones son totalmente subjetivas, pero creo que ilustran bien lo que quiero transmitir. Ya llevamos casi 40 años de Democracia, ya va siendo hora de dar un paso adelante y darle uso de verdad a la palabrita. De que analicemos, critiquemos y valoremos cada político y cada propuesta, y que votemos en cada momento lo que creamos mejor, independientemente del color que tenga.

Soy consciente de que este artículo puede ser un oasis en medio del desierto. A lo mejor soy yo el que estoy equivocado, y no los millones de personas que votan, al PP o al PSOE sobre todo, de forma sistemática. Pero yo al menos seré libre para elegir, no tendré las manos atadas. Porque de eso va la democracia. Mi voto, al menos, se lo tendrán que ganar cada cuatro años.

viernes, 21 de febrero de 2014

"Nunca vi un técnico así"

Son declaraciones recientes de Karl-Heinz Rummenigge, mítico jugador alemán de los años 70 y 80, y actual directivo del Bayern Múnich. Se refería al actual entrenador de su equipo, Josep Guardiola. Es, cuanto menos, sorprendente que alguien que tuvo a maestros como Udo Lattek, Giovanni Trapattoni o Helmut Schoen, y que desde sus inicios hasta hoy ha sido contemporáneo de Michels, Cruyff, Sacchi o Ferguson haga una afirmación tan contundente.

Pero es que posiblemente no seamos conscientes aún de la magnitud que está alcanzando Guardiola como entrenador. Un tipo que sólo lleva en la élite 5 años. Lo más sencillo seria reducirlo todo a los títulos. Sus 14 trofeos logrados con el Barcelona en 4 temporadas podrían ya cerrar el debate, pero hay mucho más…


P.E.P.: Pasión, Exigencia y Personalidad

La historia de Guardiola es la de un técnico ya en el campo, como así lo afirmaban sus compañeros en su etapa de jugador. Que supo absorber lo mejor de preparadores como Johan Cruyff, Bobby Robson, Louis Van Gaal o Carlo Mazzone. Y es que por lo que siempre ha distinguido el de Santpedor es por su PASIÓN por el fútbol. Decidió irse de su club de toda la vida, con el afán de conocer otras culturas futbolísticas, tan dispares como Italia, Qatar o México. Cuando se retiró, pensó que era el momento de completar su formación, y se marchó a Argentina para reunirse con ilustres entrenadores como Bielsa, Menotti, Cappa o La Volpe. Incluso solicitó entrevistas con gente ajena al fútbol, como la que consiguió con el mito del voleibol italiano Julio Velasco en busca de técnicas de motivación.

Y es que a Pep no sólo le vale ganar. Si nos fijamos en los técnicos con los que se vió, todos ellos coinciden en la importancia de ser protagonistas sobre el campo. De salir a por el partido y a por el rival, no dejarles jugar y recuperar cuanto antes la pelota. Y una vez con ella tratar de jugar al fútbol de la manera más estética posible. Porque Guardiola no es tonto, y sabe que además de que tener el balón es la mejor manera de defender, también entiende que el fútbol está diseñado por y para los aficionados, y a ellos les debe satisfacer jugando de la mejor forma posible. Y esa EXIGENCIA es la que convirtió a su Barcelona en uno de los mejores equipos de la historia, y no sólo en cuanto a resultados…

Por último, si en algo destaca el preparador catalán es por su PERSONALIDAD. En todos sus significados. Esa que no puede faltar en cualquier gran entrenador y que le llevó a decir que no contaba con Ronaldinho, Deco y Eto’o en su presentación como técnico del Barcelona. Y esa que ha conseguido contagiar a sus equipos, que tienen claro que deben salir a dominar en cualquier estadio y ante cualquier rival. Sólo hace falta ver cualquier rueda de prensa para descubrir esa personalidad. Son auténticas joyas. Y es que, fuera del campo Pep también da un recital. Su inteligencia le permite transmitir a la perfección como entiende el fútbol, incluso la vida, y es un ejemplo en cuanto a respetar a los rivales, un valor muy importante en el deporte.

Por todo esto y más, Guardiola es diferente. Es ya, con 43 años, uno de los mejores entrenadores de la historia del fútbol. En Barcelona no hay dia que no lo echen de menos y en Múnich, como bien señala Rummenigge, ya se están empezando a asombrar.