"Las críticas no serán agradables, pero son necesarias". Winston Churchill.

domingo, 28 de febrero de 2016

El bueno, el feo y el malo


Tras más de dos meses de negociaciones, ruedas de prensa, ofertas, contraofertas, reuniones, desplantes… tiras y aflojas en definitiva, se vislumbra ya el final de este interminable impasse que ha sufrido la política española. Con las sesiones de investidura a la vuelta de la esquina, los partidos parecen haberse quitado ya las caretas y se empiezan a intuir cuáles son sus verdaderas intenciones. Con el PP excluido de cualquier posible acuerdo, por sus 4 años de rodillo en el Gobierno y su sangrante corrupción, la partida la juegan Ciudadanos, PSOE y Podemos.

Los de Albert Rivera han sido la niña bonita, el partido de centro al que los dos grandes han intentado seducir. Sus conservadoras políticas económicas nos hacían suponer un acercamiento a los populares, el cual se intentó en un primer momento, pero su rotunda negativa a votar en favor de Rajoy y los numerosos casos de corrupción conocidos estas últimas semanas desvanecieron cualquier posibilidad. Al final han terminado pactando con Pedro Sánchez, lo cual deja bien claro su difusa ideología y su verdadero objetivo: que empiece a rodar cuanto antes la legislatura.

Los socialistas no gustan a nadie, pero sus 90 escaños los hacen necesarios para todos. Es más, por no gustar su líder no gusta ni en su propio partido. Cuando todo parecía indicar que el pacto más factible, y quizás el único posible, era con Podemos, giraron a derecha y eligieron a Ciudadanos ante las tremendas exigencias de los morados. Movimiento curioso… y muy arriesgado, por otra parte. Aunque parece sumamente difícil, si al PP le da por abstenerse y permite que Sánchez y Rivera lleguen al Gobierno, los de Pablo Iglesias quedarán como única alternativa progresista en la oposición de cara al futuro, una posibilidad que entusiasma al emergente partido y que no quieren ni imaginar en Ferraz.

Una formación emergente con la que nadie quiere nada. Podemos es el demonio, insinúan poco más o menos los demás partidos. Sin embargo, puede que sean los que mejor estén jugando sus cartas. Cogieron la iniciativa con su propuesta de Gobierno de coalición hace unas semanas, con Iglesias de Vicepresidente y exigiendo Ministerios claves. Una jugada maestra. Si el PSOE aceptaba perfecto, gobernarían con mucho poder de decisión. Y si no, que es lo que ha terminado sucediendo, perfecto también, pues quedarían ante la opinión pública como el partido que “desea de verdad” el cambio progresista, de cara a unas más que posibles nuevas elecciones.

Ciudadanos, PSOE y Podemos. El bueno, el feo y el malo. En el western de Sergio Leone tres caza-recompensas buscaban un tesoro que ninguno de ellos podía encontrar sin la ayuda de los otros dos. Se necesitaban… pese a sus continuas desconfianzas. Rivera, Sánchez e Iglesias saben que el tesoro se encuentra en la Moncloa, pero también que no se pueden fiar lo más mínimo de sus compañeros de viaje.