Ayer llegó la noticia que ningún culé quería oír. Me atrevería a decir que
ningún aficionado al fútbol. Carles Puyol dejará el Barça a final de Temporada.
Tras 15 Temporadas, más de 550 partidos y 21 títulos como blaugrana, y 100
partidos, 1 Medalla Olímpica, 1 Eurocopa y 1 Mundial con la Selección Española,
su físico ha dicho basta y abandonará el fútbol de élite con 36 años. A pesar
de este impresionante palmarés, si por algo se le recordará al de La Pobla de
Segur es por el ejemplo que ha sido para el mundo del fútbol, dentro y fuera
del campo.
La historia reciente del FC Barcelona ha estado marcada por el gran fútbol
desplegado. Ese capaz de combinar, combinar y combinar hasta encontrar la portería
rival, siempre tratando bien el balón, y ese que le ha dado tantos triunfos en
estos últimos 25 años. El método que creó Cruyff, que continuó Van Gaal y
Rijkaard, y que perfeccionó Guardiola ha ido asombrando al mundo gracias a la
estética del mismo. Es una forma de entender el juego que gira en torno a la posesión
del balón, empezando incluso por los defensas, a quienes siempre se les ha
exigido que sepan salir jugando. Cualquiera que sepa un mínimo de fútbol sabrá
que precisamente Puyol no encaja en ese modelo. Es más, siempre ha sido un
jugador bastante limitado técnicamente y nunca ha destacado por su calidad.
Entonces, ¿cómo ha sido posible su éxito? Muy sencillo, porque se propuso ser
el mejor en todo lo demás. Seguramente otro con tan pocas condiciones hubiese
tirado la toalla, pero él no. Aquel chaval nacido en un pueblecito de Lérida,
en la otra punta de Cataluña, tenía claro que iba a triunfar en el club de sus
amores, costara lo que costara. Así, con el paso de los años se fue formando un
futbolista valiente, de carácter y entrega, que luchaba por cada balón y que lo
daba todo hasta el último minuto. Sabedor que por el camino de la calidad no
iba a llegar, ha logrado ser el mejor en todas esas otras cosas y eso explica su
larga trayectoria en el club, siendo su capitán durante la última década. Es un
gran mensaje el que Carles nos manda, que transciende incluso al fútbol, y que
nos señala que a base de trabajo, sacrificio y corazón se puede llegar donde
sea, por muchas cualidades que nos falten.
Pero es que su ejemplo también se ha extendido más allá del terreno de
juego. Y ese es, posiblemente, su mayor legado. El hecho de que Puyol sea
admirado por cualquier aficionado al fútbol, incluso por los madridistas, sus
eternos rivales, no es casualidad. Las frases de admiración de jugadores y
técnicos contrarios hacia su persona son innumerables. Muy pocos pueden
presumir de eso. Siempre actuando con la mayor deportividad posible, nunca se
le ha oído una mala palabra contra árbitros o rivales, y su carrera está llena
de grandes gestos. A continuación muestro sólo algunos de ellos, que nos dan
una idea del gran embajador que Carles Puyol ha sido para el fútbol, para el
deporte. Porque ojalá hubieran muchos más como él. Aunque, mucho me temo, que
su amigo Piqué tiene toda la razón: “Me
hace gracia cuando hablan de fichar al nuevo Puyol. Que sigan buscando, porque
nunca lo encontrarán”.
Gràcies per tot, Puyi!!
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